lunes, 21 de septiembre de 2015

LA UNIDAD (Rosas y Margaritas en mi jardín)


Un concepto sobre el que me encanta pensar, observar e investigar es el de unidad, el de integración. El ser humano en si, es una unidad, que a su vez está integrado en otra unidad que es la humanidad, que a su vez está integrada en otra unidad que es el planeta... y así hasta donde cada uno considere llegar.




Para entender y definir la unidad, 
es necesaria la aceptación de la Diversidad.




Basándome en una metáfora de Enric Corbera, si el mundo es un jardín y la humanidad somos las flores: las margaritas y las rosas son parte de lo mismo, forman la unidad humanidad dentro del jardín, que también lo forman los arboles, arbustos, césped, agua...

La cuestión viene cuando las rosas deciden que su problema son las margaritas y que se tiene que acabar con ellas, se dedican a atacarlas y a intentar destruirlas (sin ser conscientes que en realidad están atacando a su propia unidad, están atacando al jardín, es decir, a sí mismas)
Esto que parece demente si pensamos en un jardín, es lo que la humanidad se dedica a hacerse a sí misma en muchas ocasiones. (la culpa es de los judíos...no, no de los musulmanes... espera no! Es de los capitalistas...) y así nos enfrentamos unos con los otros atacando a nuestra propia unidad y alejándonos de la integración. En lugar de cooperar y crecer apoyándonos en nuestras diferentes capacidades y visiones del mundo, nos condenamos unos a otros por nuestras diferencias, por nuestra diversidad.

En otro momento las rosas y las margaritas deciden que ellas son la parte mas importante del jardín y que las flores tienen mucho mas valor que ningún otro elemento, así pues, se adjudican el derecho sobre los arboles, los arbustos, el césped y el agua. Abusando de estos para su propio beneficio bajo la excusa de su supuesta superioridad, de nuevo sin ser conscientes que el jardín lo conforman todos y si bien, las flores son hermosas e importantes, se les complicará la existencia sin agua o sin arbustos de dónde nacer.
De nuevo, es fácil trasladar esta metáfora al ser humano.

En nuestras manos está sentirnos parte del jardín y vivir en armonía dentro de él, o sentirnos desligados de todo y con derecho a la destrucción de todo lo que no sea yo. ¿Tu que eliges?

 


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