Cuando
nos describimos psíquica o emocionalmente, usamos términos opuestos,
(soy generosa y por tanto no soy avara o soy sensible y por tanto no
soy dura).
Organizamos
nuestro pensamiento en función de asociaciones que establecemos a
través de diferencias y semejanzas, por comparación (soy mas
abierta que tímida) o por oposición (soy abierta, no soy tímida)
Cuando
hablamos de nosotros mismos, de nuestro ser, del “self”, nos
encontramos con una parte nuestra que es una zona de sombra, una
parte negada de mi
mism@, algo que no nos gusta mirar, ni ver, y
que, cuando se coloca por si sola (o a veces con la
colaboración de
otros) delante de nosotros, evitamos mirarlo de frente, miramos a
otro lado.
Es
entonces cuando negamos y decimos “yo no soy esto, soy lo opuesto”