miércoles, 20 de mayo de 2015

LA SOMBRA: Lo que está oculto en mi.

La sombra, como lo llamó C.G.Jung, es la parte de mi que no veo, a la que no le doy espacio, a la que no permito ser.
Dentro de cada uno tenemos cosas que tildamos de “buenas o malas”,
¿a caso tu eres solo lo bueno?

A veces, solo dejamos salir, es decir, solo aceptamos lo que consideramos bueno de nuestro ser.
¿a caso lo malo no forma también parte de ti?

Pues la respuesta es que si, lo “malo” también es parte de nosotros, las personas somos seres completos con nuestra luz y nuestra sombra, el hecho de negar la parte “mala” o sombra, nos divide, no nos deja ser completos, nos dificulta el crecimiento personal y la autorealización.




La sombra, no tiene por que ser mala, es una parte que escondemos, normalmente de forma inconsciente, una parte de nosotros que no queremos mirar, pero ahí caemos en una trampa... Lo que no miras, lo que no aclaras, se repite y te persigue.



Es como el “Dr Jekyll and Mr Hyde”, en realidad son uno, pero se desdobla por la necesidad de la sombra (Mr Hyde) de salir, de ser reconocida, de tener su espacio. Al salir de forma separada a la luz (Dr Jekyll) es incontrolable e incompleta.
Tanto el Dr Jekyll como Mr Hyde son peligrosos precisamente por no reconocerse el uno al otro y autoregularse o equilibrarse.

Esta historia nos ilustra como la parte sombra y la parte luz, existen la una con la otra y verlas y reconocerlas en uno mismo son un gran paso hacia nuestro desarrollo completo como seres humanos.

La sombra que es reprimida, escondida y silenciada, busca huecos para salir, mostrarse y liberarse. Al negarla lo que conseguimos es que salga de manera inconsciente haciéndonos esclavos inconscientes de su fuerza.

Es muy común que la sombra salga de nosotros proyectandose en los demás. (de ahí el dicho “siempre habla quien mas tiene que callar”).
Vemos nuestras sombras (que son invisibles ante nuestros ojos) en los demás. Así por ejemplo una mujer, que por motivos religiosos, o por el que dirán, reprime sus fuertes y frecuentes deseos sexuales, (aun que estén presentes, ella se esfuerza en esconderlos y esconderselos a si misma) verá en las demás mujeres(las que no viven su sexualidad como una sombra) unas golfas desatadas que no tienen moral. Además lo propagara a los 4 vientos para autoconvencerse de que ella hace lo correcto. 
Otro modo, que suele seguir al anterior, que tiene la sombra de salir, es mediante la explosión. En el caso anterior por ejemplo, una explosión podría ser, que ante el fuerte esfuerzo por mantener los deseos sexuales a raya, un día el agotamiento pueda con ella, y tras tal vez alguna copa, desate de forma insana su sexualidad sin ningún tipo de control convirtiéndola en su Mr Hyde. Lo que la llenará de sentimiento de culpa, tristeza e infelicidad.

Normalmente si dejamos salir a la sombra nos invade la culpabilidad y es posible que lo convirtamos en victimismo, es decir, diremos que la culpa es de otro o de contextos externos que no podemos controlar. En el ejemplo esta mujer pude decir “la culpa de que me comportara así fue del alcohol, yo solo soy una víctima”, es una forma de proyectar en el alcohol un deseo que es propio.
Este modo de proceder solo “ensombrece” mas a la sombra, lo sano es responsabilizarnos, hacernos consciente de que esa parte, nos pertenece, que es parte de cada uno.

Lo que veo en los demás, que me molesta tanto, es un espejo. Habla de mi.



¿Por qué nos gustan tanto las noticias morbosas? O bueno, tal vez no reconozcamos que nos gustan, pero son las que mas audiencia, curiosidad y atención generan.
Esto es por que alimentan nuestras sombras, van directo al inconsciente y calman las ansias de salir de nuestras propias sombras.

¿Cómo puedo liberar a la sombra de un modo sano?

Lo primero es tomar consciencia de su existencia. Darle espacio en mi ser. En el ejemplo, aceptar que se tienen deseos sexuales, sin juzgarlo, solo tomar consciencia de que está ahí, de que está en mi.

Para detectar mis sombras puedo fijarme en aquello que me saca de mis casillas, y parece que a los demás no les afecta. “¿Que me pasa a mi con eso?” Es posible que me moleste tanto por que forma parte de mi, pero no me he hemos dado cuenta y busca su espacio a través de esa incomodidad que me provoca.

Otro indicio, es fijarme cuando estoy criticando a otra persona... ¿a caso estoy hablando de mi? ¿Qué tiene que ver eso que le recrimino al otro conmigo?. Ves tu sombra en el otro, bien, ahora búscala dentro de ti.


La sombra sale en los pequeños detalles, cuando interpreto las necesidades de los demás posiblemente estoy dejando salir mis necesidades inconscientes. Es interesante prestar atención a los consejos que doy a los demás, es muy posible, que sean los que yo necesito escuchar.


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