viernes, 1 de mayo de 2015

SER MADRE: Una faceta de ser Mujer

Ser una madre sana implica la plenitud de ser mujer. Figuradamente es sentirse como un manantial: la mujer se siente con ganas de dar la abundancia que siente y tienen, en una actitud de no pedirle a su hijo que repare sus propias carencias, sino de darle lo que realmente va a favorecer el desarrollo adecuado y pleno de su ser.




El amor de una madre hacia su hij@ empieza desde el mismo instante en que desea quedarse embarazada”









En el artículo “Ser madre: Una faceta de ser mujer” escrito por Pepa Campos Romero, psicóloga clínica y terapeuta gestáltica, para la revista de la AETG (asociación española de Terapia Gestalt), nos da claves sobre algunas anomalías de la maternidad sana y qué le dice a su hijo una madre sana.


Anomalías de la maternidad sana:

1. Insuficiente madurez: implica un estado de no plenitud de la madre. “¿lo haré bien?, ¿lo haré mal?, ¿será suficiente lo que hago?”. Implica miedo a lo desconocido “¿Seré una buena madre?”, todo esto puede inducir en el bebé un estado de inseguridad que no beneficiará a su adecuado desarrollo.

2. Confluencia de la madre con el bebé: Las carencias afectivas de la madre se proyectan en su bebé. Es decir, la madre, inconscientemente, exige al bebé que colme sus necesidades, en lugar de estar al servicio del desarrollo del potencial del futuro hombre o mujer. Con esto mete al niño en una cárcel de exigencias de la madre. Por ejemplo:

  • Si la madre tiene un déficit en las relaciones con sus padres y no se sintió satisfecha afectivamente, o cuidada o protegida adecuadamente, ha de poner conciencia ahí para no exigir de su hij@ que se transforme en su padre o madre ideal.

  • Si la relación con su pareja no es satisfactoria, inconscientemente puede exigir que su hij@ se transforme en su pareja ideal, aprisionándole en ese rol.

  • Si no tuvo el apoyo o la fuerza suficientes para hacer en su vida lo que quería y se siete frustrada, puede que exija a su hij@ que cumpla sus anhelos o deseos no realizados, impidiéndole así que el niño desarrolle sus deseos o inclinaciones naturales.

  • Si la madre no eligió a la pareja que le hubiese gustado elegir, es posible que tampoco deje a su hij@ que escoja a su pareja libremente.

  • Si no se sintió respetada en su vida, es interesante que ponga la consciencia en ello para no obligar o seducir a su hij@ para que actúe, piense, elija... igual que ella, coartándole su libertad.


Una madre sana es aquella que le dice (y hace) a su hij@:

  • Me alegro de que seas como eres.
  • Te quiero incondicionalmente (porque eres el que eres, sin tener que hacer nada en especial para que yo te quiera).
  • Te quiero en tu singularidad.
  • Te apoyo en tus inclinaciones naturales.
  • Estoy a tu lado y me alegro de tus éxitos, de tu estar en la vida.
  • En los momentos bajos estoy contigo y te contengo, te consuelo, te apoyo y creo en ti.
  • Cuando me necesitas estoy.
  • Cuando no me necesitas, hago mi vida.
  • Me siento satisfecha de ser participe de la vida que representas y te lo hago saber.
  • Cuando te veo sonreír, sonrío contigo y te acompaño.
  • Cuando te veo triste me pongo a tu lado y te apoyo y te escucho.
  • El echo de que existas me alegra y te lo hago saber.
  • Si eres mujer, te enseño a serlo y a sentirte satisfecha de serlo. Lo precioso del misterio de la vida del cual somos participes (la capacidad de ser madres)
  • Si eres mujer, dejo espacio para que tu padre tenga un papel esencial en tu vida, que puedas mirarte en sus ojos, aprendiendo que eres mujer valiosa y querible por los hombres, con lo que no vas a permitir, de adulta, que ninguno te falte al respeto o te maltrate.
  • Si eres hombre, te apoyo y bendigo la conexión con tu padre, te aliento a que te acerques a él y a que aprendas a ser hombre de él o con él.
  • Te apoyo en tus iniciativas para que descubras por ti mism@ la vida.
  • Te enseño la confianza en la vida, en que todo lo que suceda, sea doloroso o feo, va a contribuir a tu crecimiento personal. Puedes aprender de ello.
  • Te enseño a que disfrutes de lo que hay en el presente sin perder el tiempo fantaseando, a que te abras a lo que pueda haber en el futuro, sin juicios, y a paladear la vida.



Estas son las hermosas reflexiones de Pepa Campos, en su artículo podemos encontrar otros aspectos sobre la relación madre-mujer y madre-hij@.







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Fuente:
Campos,P. (2014). Ser madre: una faceta de ser mujer. Revista de terapia gestalt RTG (34/2014), pág 79-85.







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