viernes, 29 de noviembre de 2013

OPTIMISTA/PESIMISTA


Uno de los factores que describen la inteligencia emocional es La Motivación.
La motivación está impulsada por las emociones.
La diferencia entre las personas optimistas y las pesimistas reside precisamente en la motivación y las emociones.


¿Qué te dices a ti mismo?

Esta es la pregunta clave, ante situaciones de fracaso o dificultades ¿qué nos decimos? ¿Qué emociones se nos activan? Y a su vez ¿Qué motivaciones impulsan estas emociones?







Para una persona Optimista, la situación de fracaso se debe a factores externos, a causas del entorno, estas son circunstancias sustanciales de cambio. Se pueden mejorar.
Una persona Pesimista achaca la situación de fracaso a factores internos, a causas personales, a circunstancias propias que ve como inamovibles. Además esta valoración afecta a su autoimagen y a su autoestima. Rigidizando el patrón de percibirse como ineficaz.

Para ilustrarlo voy a imaginar a un optimista y un pesimista ante el suspenso del mismo examen, con la misma nota.
El optimista, activará pensamientos del tipo “No he dedicado suficiente tiempo a estudiar” “No he estudiado de unos buenos apuntes”...
El Pesimista, activará “Soy tonto” “No valgo para esto”...

En el primer caso las variables son externas, el tiempo o los apuntes, mientras que en el segundo caso la única variable es él mismo.

La buena noticia, es que se puede aprender a ser Optimista, los patrones de atribución se pueden moldear, hay que estar atentos y hacernos conscientes de qué nos decimos... Y si nos pillamos echándonos la culpa de todo... Parar y Reconectar... Busquemos que circunstancias podemos cambiar para no repetir la situación de fracaso, procurando evitar juzgarnos.


Aroa Navarro Cabo

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