En
ocasiones utilizamos la palabra depresión con ligereza, y llamamos
depresión a un mal día o a un estado de ánimo pasajero.

En cambio en la depresión las cosas están torcidas en mi mismo, es decir el malestar va conmigo, no se debe solo a los acontecimientos o asuntos negativos de mi vida, me persigue haga lo que haga. Algunas personas empiezan a cambiar cosas de su alrededor para encontrarse mejor, para curarse... pero el problema sigue con ellos.
La
depresión actúa a todos los niveles; emocional, mental y físico.
No hay fuerza para la acción, desaparece el entusiasmo que es lo que
nos impulsa a avanzar, a hacer.
“La depresión ahoga la esperanza”
Algunos
de los síntomas son: El insomnio, problemas de memoria, fatiga
crónica, falta de concentración, dificultad para llevar a cabo las
tareas cotidianas, baja autoestima....
La
depresión cambia la bioquímica cerebral y los mensajes entre
neuronas no llegan como deberían. Hay un componente genético,
normalmente relacionado con el gen promotor de la serotonina.
Es
decir, el riesgo de padecer depresión clínica es mayor si tenemos
familiares directos que padecen o han padecido depresión. Aun que
hay que tener en cuenta que los genes solo operan en determinadas
condiciones ambientales, esto es que no son determinantes, nos hacen
mas o menos vulnerables a padecer este trastorno.
Existe
una notable resistencia a aceptar que padezco un problema mental.
Existe la creencia de que admitir que sufro una depresión es un
signo de debilidad. Esto no es así, hay personas con mayor o menor
resistencia a diferentes cosas, pasa igual con la depresión. Es una
cuestión de diversidad no de debilidad.
Salir
solo de la depresión es comparable a tratar de levantarte del suelo
tirando de los cordones de tus zapatos. (vamos, que es muy
complicado). La gente quiere ser comprendida, quiere que se les
entienda y para eso es necesario un contacto con otras personas, no
es posible sentirse comprendido si solo esta la persona en la
ecuación.
La
buena noticia es que hoy en día existen tratamientos efectivos para
tratar la depresión. Aceptarla y tratarla esta hoy a nuestro
alcance... ¿Por qué no aprovecharlo?
La
aceptación y el aprendizaje son signos de fortalecimiento y esto
permite empezar a trabajar.
Como
terapeuta me parece interesante para empezar a tratar la depresión
de forma efectiva reconocer los patrones psicológicos de la persona
que presenta depresión, los patrones que le llevan a responder con
una depresión y empezar a trabajar en su modificación.
No
importa tanto la causa o el origen, la cuestión no es ¿por qué
estoy deprimido?, mas bien... ¿me sirve de algo estar deprimido?...
Y empezar la terapia desde ese punto.
La
recuperación es posible, cualquier persona puede aprender a utilizar
los requisitos que son necesarios, para vivirse de una forma
distinta. Necesita la oportunidad de reconocer sus patrones y
aprender nuevas habilidades para identificar y prevenir los factores
que inducen a síntomas depresivos.
Aroa Navarro Cabo
Psicóloga CV12272
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